Domingo XXI del Tiempo Ordinario. Ciclo A.
Domine, misericordia tua in saeculum,
opera manuum tuarum ne remittas!
Sal 137, 1bcd-2a. 2bcd-3. 6 y 8bc (R.: 8bc)
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario.
Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
ALELUYA
Mt 16, 18
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará.