Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario. Ciclo A.
Beati omnes qui timent Dominum,
qui ambulant in viis ejus.
Sal 127, 1bc-2. 3. 4-5 (R.: cf. 1b)
Respuestas al Salmo Responsorial:
Dichosos los que temen al Señor.
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
ALELUYA
Jn 15, 4a. 5b
Permaneced en mí, y yo en vosotros -dice el Señor-;
el que permanece en mí da fruto abundante.