Domingo XII del Tiempo Ordinario. Ciclo B.
Confitemini Domino,
quoniam in saeculum misericordia eius.
Sal 106, 23-24. 25-26. 28-29. 30-31 (R.: cf. 1)
Respuestas al Salmo Responsorial:
¡Dad gracias al Señor,
porque es eterna su misericordia!
Entraron en naves por el mar,
comerciando por las aguas inmensas.
Contemplaron las obras de Dios,
sus maravillas en el océano.
Él habló y levantó un viento tormentoso,
que alzaba las olas a lo alto:
subían al cielo, bajaban al abismo,
se sentían sin fuerzas en el peligro.
Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.
Apaciguó la tormenta en suave brisa,
y enmudecieron las olas del mar.
Se alegraron de aquella bonanza,
y él los condujo al ansiado puerto.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
ALELUYA
Lc 7, 16
Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo.