Domingo XIII del Tiempo Ordinario. Ciclo C.
Tu es, Domine, pars hereditatis meae.
Sal 15, 1b-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 (R.: cf. 5a)
Respuestas al Salmo Responsorial:
Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: "Tú eres mi Dios".
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
ALELUYA
1 Sam 3, 9c; Jn 6, 68c
Habla, Señor, que tu siervo escucha;
tú tienes palabras de vida eterna.