Dedicación de la Basílica de Letrán. 9 de noviembre. Fiesta.
Fluminis rivi laetificant civitatem Dei,
sancta tabernacula Altissimi.
Sal 45, 2-3. 5-6. 8-9 (R.: 5)
Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.
Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
El Señor del universo está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra.
ALELUYA
2 Crón 7, 16a
He elegido y santificado este templo -dice el Señor-
para que mi Nombre esté en él eternamente.