Domingo IX del Tiempo Ordinario. Ciclo A.
Esto mihi, Domine, in rupem praesidii.
Sal 30, 2-3ab. 3cd-4. 17 y 25 (R.: 3c)
Señor, sé la roca de mi refugio.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí;
ven aprisa a librarme.
Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
Sed fuertes y valientes de corazón
los que esperáis en el Señor.
ALELUYA
Jn 15, 5
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos -dice el Señor-;
el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.