Domingo XXIV del Tiempo Ordinario. Ciclo C.
Surgam et ibo ad patrem meum.
Sal 50, 3-4. 12-13. 17 y 19 (R.: Lc 15, 18)
Respuestas al Salmo Responsorial:
Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.
ALELUYA
2 Cor 5, 19ac
Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.